El entorno de la persona con sobrepeso tiene incidencia, te acerco estos consejos para ayudar desde la familia de manera práctica.
¿De qué manera puede la familia, los amigos, la pareja, los compañeros de trabajo y otras personas cercanas a los pacientes ayudar durante el tratamiento?.
La obesidad es una enfermedad; se trata de una enfermedad “multicausal”. La obesidad es una afección que va mucho más allá de la voluntad de la persona porque esta multiplicidad de factores actúan simultáneamente dificultando el cambio y la pérdida de peso, en deterioro de su salud.
A la hora de afrontar un tratamiento orientado al descenso de peso, sea en forma quirúrgica o no quirúrgica, se debe entender que la obesidad es una enfermedad crónica y progresiva, esta afección no tiene cura, pero puede controlarse.
Existen mecanismos en el organismo enfermo que de alguna forma sostienen a la enfermedad, eso es lo que genera que el tratamiento sea tan complejo.
Un tratamiento complejo y a largo plazo se ve favorecido por la existencia de un hábitat saludable para el paciente, o sea, un entorno que lo ayude a afrontar cada uno de los pasos que deban darse en pos de la recuperación.
Es muy importante dimensionar la alta importancia que tiene el entorno en este tipo de enfermedades no transmisibles, para poder de esta manera generar espacios saludables que propicien el cambio y faciliten el cumplimiento de los objetivos planteado.
Si se trata de personas adultas (salvo en casos de obesidad infanto-juvenil), el paciente es siempre el principal actor en esta historia, quienes de alguna forma lo acompañan pueden jugar a favor o en contra de la consecución de los objetivos, es decir, debemos tomar un papel de facilitadores del tratamiento de nuestro ser amado, y no de obstructores, que generen un entorno negativo para el logro de los cambios buscados y actuar como compañeros y sostén de la persona.