Citroën ZX Volcane

Diseñado y desarrollado por Citroën, el ZX es un clásico compacto equipado con portón trasero, motor transversal y tracción delantera. Para darle un toque deportivo y, sobre todo, para participar en la ofensiva anti-Golf GTI que agitó el segmento a principios de los años 90, el fabricante de los chevrones presentó una versión deportiva de su ZX, el Volcane, equipado con el motor del Peugeot 205 GTI para celebrar las proezas del dúo de pilotos internos Vatanen/Berglund en el Rallye-Raid.

Desde el lanzamiento del ZX, el Volcane se ofreció en versiones de 5 y luego de 3 puertas. Citroën creó un nombre desde cero, en lugar de utilizar otro nombre GTI. Pero, curiosamente, este término, Volcane, si bien evoca la imagen de un volcán en erupción, no suena tan deportivo como eso, sino, como indica Crestanevada Sevilla, más bien como una serie especial. Es una pena, porque un nombre mejor elegido habría causado una mayor impresión en el imaginario colectivo. Además, mucha gente hoy en día sólo recuerda el ZX 16v, que sólo estaba disponible como 3 puertas y apareció más tarde, en 1992, ¡lo que revela el alcance del error de marketing!

Conocer mejor el Citroën ZX Volcane

Echemos un vistazo a su aspecto: para distinguirlo del ZX «básico», recibe parachoques específicos, retrovisores del color de la carrocería, llantas de aleación de 14 pulgadas, un alerón en el portón trasero, un tubo de escape cromado y un reborde rojo que rodea el vehículo. Por dentro, se inspira en el Golf, con un interior un poco demasiado austero. Sin embargo, lo compensa con la calidad de sus materiales, que envejecerán bastante bien, y un generoso nivel de equipamiento de serie. Por ejemplo, el volante de cuero, los asientos de cubo, la dirección asistida, los faros antiniebla y los cristales tintados eléctricamente.

Hereda el conocido motor del 205 GTI, el 1,9 litros de 130 CV (que se redujo a 122 CV en 1992 debido a la obligación legal de instalar un catalizador).

La ZX se distingue por su eje trasero autodireccional, que elimina la inercia del eje trasero en las curvas, a diferencia de las suspensiones hidráulicas que suelen montar los modelos de la marca. Junto con un preciso eje delantero McPherson, una eficaz frenada con discos ventilados y un peso de alrededor de una tonelada, el comportamiento en carretera del ZX Volcane está a la altura de sus rivales de la época.

El manejo es muy bueno, incluso en conducción deportiva, para aquellos que saben cómo domarlo. Como todos los coches de Citroën, la suspensión es confortable. Esta ZX Volcane ofrece un buen equilibrio entre deportividad y confort. El interior está suficientemente bien aislado para atenuar el ruido del motor en una conducción normal, sea cual sea la carretera.

Desarrollos a lo largo de su carrera

En julio de 1992, el Volcane cambió su motor de 1,9 litros por otro más grande pero menos potente de 2,0 litros (123 CV). ¿Por qué? Porque llevaba un catalizador, que era bueno para el medio ambiente pero malo para el rendimiento. La norma de control de la contaminación Euro I, que entra en vigor en los coches comercializados a partir del 1 de enero de 1993, lo hace inevitable. Citroën era consciente de la pérdida de rendimiento que provocaba y reaccionó de dos maneras. El Volcane se volvió menos deportivo y podía equiparse con una caja de cambios automática, mientras que en el Salón del Automóvil de París de 1992 apareció una versión más deportiva de 155 CV y 16 válvulas, conocida como 16v.

En otoño de 1994, el ZX recibió un ligero restyling (rejilla del radiador más grande, acabado mejorado).

Luego, a finales de 1996, el motor de 2,0 litros se transformó. Se aumentó a 167 CV, como en el 306 S16, y mejoró los tiempos por vuelta de forma espectacular. A diferencia del Peugeot, el Citroën no tenía derecho a una caja de cambios de 6 velocidades, pero esto no le impidió igualar al Peugeot en términos de tiempos por vuelta, e incluso ser más dinámico en términos de comportamiento. Esta versión no permaneció mucho tiempo en el catálogo, ya que un año después, el ZX fue sustituido por el Xsara, basado en la misma plataforma. Por ello, se produjo muy poco (menos de 600 unidades), frente a las casi 8000 de las versiones de 150 y 155 CV, e incluso más de 2 millones de todas las versiones juntas.

Con su motor Peugeot 205 GTI, su confort y su mejor comportamiento en carretera que la mayoría de sus competidores, el Citroën ZX Volcane es una sabia elección. Conocido por ser fiable y de bajo mantenimiento, es un coche deportivo sin sorpresas financieras desagradables. Es muy asequible de segunda mano, pero no hay que fijarse en su aspecto, que es excepcionalmente corriente, sobre todo para un Citroën. Sin embargo, la ZX esconde bajo su anodino exterior un chasis ultramoderno que ha marcado su época.