Añadir una nueva capa de pintura es una de las maneras más fáciles de transformar completamente una habitación. Aunque hay mucho que considerar a la hora de elegir el color perfecto, a menudo se pasa por alto un elemento crucial: la iluminación. Las fuentes de luz artificial y natural pueden cambiar drásticamente el aspecto de la pintura en una habitación de una hora a otra. Para asegurarte de que el color que has elegido tiene el aspecto que deseas, lee nuestras útiles consideraciones antes de poner el color en la pared.
El color y la luz
Si recuerdas tus primeros años de escuela, probablemente hayas aprendido que la luz es un espectro de colores, formado por el rojo, el amarillo, el verde, el azul, el añil y el violeta. Por ello, algunos colores reciben más impacto de la luz que otros. Por ejemplo, el rojo y el naranja absorben la luz, lo que los hace parecer más ricos y saturados. Los colores más claros, como los pasteles, reflejan la luz y los hacen parecer más brillantes. Cuanto más claro sea el color y más cercano al blanco, más reflectante será. Por eso es tan importante tener en cuenta la fuente de luz al elegir un color de pintura.
No es de extrañar que la dirección de la luz tenga un gran impacto en el color de la pared. Si tu habitación está orientada al Este o al Norte, probablemente reciba menos luz solar que en otras direcciones, lo que hará que los colores de pintura parezcan más oscuros y fríos. Para estas habitaciones, opta por colores cálidos y brillantes para equilibrar la entrada de luz. Si se inclina por un color claro, intente evitar cualquier color con base verde o gris, ya que estos tonos se amplificarán y harán que su habitación parezca apagada.
Si tu habitación está orientada al sur, estás de suerte. Las habitaciones orientadas al sur suelen estar llenas de luz cálida todo el día, por lo que tienes más flexibilidad a la hora de elegir un color. Debido a la luz cálida del sur, los colores de tonos más fríos destacarán sobre la luz cálida y tus colores más cálidos se verán más realzados. Si no estás seguro de hacia dónde viene la luz, siempre puedes consultar con un pintor que te aconseje el mejor color en función de tu orientación.
Tiempo
El clima influirá en gran medida en la calidad de la luz natural que recibe tu hogar. ¿Vives en un clima lluvioso que tiene pocos días de sol? Tus colores parecerán más pesados y oscuros debido a los bajos niveles de luz que entran por tus ventanas. Los colores sombríos parecerán más lúgubres, así que tenlo en cuenta si estás considerando un gris oscuro para tus paredes.
Por el contrario, si vives en un lugar muy soleado, tus colores parecerán más brillantes y potencialmente lavados dependiendo del color que elijas. Si tu habitación está inundada de sol natural, un amarillo suave podría no destacar lo suficiente contra la luz y parecer blanco. Intenta elegir un color más intenso para que destaque sobre los rayos del sol.
Cuando vayas a pintar una habitación, piensa en cuándo la vas a utilizar, ya que la hora del día afecta en gran medida a la cantidad y calidad de la luz. Según salga y se ponga el sol, afectará a la pintura de tus paredes. Piensa en cómo cambia la luz a lo largo del día, desde los tonos rosados claros al amanecer hasta el púrpura al atardecer y todo lo demás. Intenta elegir el color que mejor se adapte a la hora del día en la que vayas a utilizar más la habitación. Si es una habitación que vas a utilizar todo el día, intenta encontrar un color que funcione con la iluminación durante el día y la noche. Puede ser difícil encontrar un color que funcione bien con la iluminación específica durante todo el día. Por suerte, un especialista en pintura podrá ayudarte a elegir el color adecuado que se vea bien a todas horas.
No todas las habitaciones tienen una fuente de luz natural, especialmente los sótanos y los baños. Para las habitaciones que van a depender de la luz artificial, haz un esfuerzo por elegir bombillas que complementen el color de tu pintura y viceversa.
Las luces LED tienen una tonalidad azul y hacen que los colores parezcan más fríos. Las luces LED pueden desentonar si estás intentando crear un espacio cálido y acogedor. Son ideales si quieres que tu habitación parezca más luminosa y que los colores fríos destaquen.
Las bombillas halógenas e incandescentes emiten una luz amarilla que hace que los colores parezcan más cálidos. Utilícelas para las habitaciones que intentan conseguir una estética acogedora y atractiva.
Si quieres que tu pintura parezca lo más fiel posible al color, opta por bombillas de color blanco. Si su habitación requiere más iluminación, considere la posibilidad de acudir a un electricista que pueda recomendarle los complementos adecuados para iluminar su espacio.
Ahora que has considerado todas las posibles fuentes de luz y cómo afectarán al color de tu pintura, hay una cosa más que decidir: el acabado. Aunque no lo consideres como un factor, el acabado juega un papel importante en la forma en que la luz afectará al color de tu pared. Para simplificar, elige un acabado brillante para reflejar la luz y mate para absorberla.
Tener en cuenta la dirección, la hora y la fuente de luz te ayudará a garantizar que el color de la pintura que has elegido se vea bien. Si te preocupa encontrar el color adecuado para complementar tus fuentes de luz, siempre puedes contratar a un especialista en reformas como Loreto Spá Arquitectos. Buena suerte en la búsqueda de un color que complemente tu iluminación.