La vitamina del verano, como le llamo yo, es la vitamina D, un componente esencial del organismo, que se sintetiza solamente tomando baños de sol.
Para asimilar de mejor manera ésta vitamina y no exponerse a riesgos innecesarios, te damos a continuación algunos consejos.
Evita las horas en que el sol está más fuerte, esto es, alrededor del mediodía, cuando el sol está justo arriba de nuestra cabeza. Si vas a la playa a esa hora, debes usar un sobrero, aplicarte bloqueador solar y usar anteojos con protección UV.
Elige bien el bloqueador solar, de acuerdo a tu piel y considera que hay un tiempo limitado de exposición solar con cada bloqueador, por ejemplo, si el bloqueador dice factor 30, puedes exponerte 300 minutos antes de empezar a quemarte. Si te mojas debes volver a aplicarte una vez que salgas del mar, esto, aunque sean resistentes al agua.
Mantente hidratada, con cremas hidratantes y tomando suficiente agua mineral. Después del sol, hay excelentes fórmulas que te sirven para calmar y hidratar la piel, como el gel de aloe o el aceite de emú.
La vitamina D es esencial para proteger los huesos, así como prevenir ciertos tipos de cáncer. Para asimilarla, solo hacen falta 10 minutos diarios de exposición solar, y también es posible ingerirla a través de carne de pescado y suplementos dietéticos, aunque su asimilación no es completa, ya que es el sol el que la hace biológicamente asimilable.
Algunos alimentos que contienen vitamina D, son los lácteos, como el queso y la mantequilla, los mariscos y los cereales. Por eso un desayuno de avena con leche es el mejor desayuno que podamos ingerir, sobre todo para niños, mujeres adultas y tercera edad, es decir, toda la vida.